No nos digamos mentiras. Ni los Dolphins ni los Bills perdieron este domingo por culpa de los árbitros. Culpar a una zebra siembre ha sido la forma más fácil de justificar una derrota, pero como veremos a continuación, si bien hubo errores por parte de los llamados a impartir justicia que le costaron puntos a los equipos mencionados, también hubo fallas mucho mayores de las escuadras que les costaron muchos más puntos.
Miami y Buffalo cometieron errores infantiles, los primeros al tratar de asegurar los 3 puntos en lugar de ir por los 6, y los segundos al entregar el ovoide de forma ridícula cuando tenían el juego virtualmente en el bolsillo.
Miami llego en 4 ocasiones a zona roja y solo consiguió 12 puntos, un solo TD conseguido en uno de sus viajes a la yarda 20 eventualmente les hubiese dado la victoria, pues Pittsburgh gano por 1, (si ya se que esta afirmación pertenece al peligroso terreno de las suposiciones pero estoy hablando hipotéticamente basandome en el marcador final). Y Buffalo: si quieres ganar no puedes permitir que tu rival te anote 17 puntos en 1:17 minutos. Menos cuando 14 de esos puntos llegaron por dos entregas innecesarias una el fumble del novato Spiller y la otra una intercepción cantada que le lanzo Fitzpatrick al gran Ed reed en su regreso.
Los Dolphins respetaron más de la cuenta a la defensiva de los Steelers, y los Bills mataron al tigre y se asustaron con el cuero, jugaron como nunca pero perdieron como todos los domingo.
En resumidas cuentas los del sur de la Florida demostraron que a pesar de los grandes avances de las últimas temporadas aún no están para ganar juegos importantes, y los de el estado de New York aunque exhibieron por momentos un juego de gran nivel a ambos lados de la linea y tuvieron contra las cuerdas al para muchos mejor equipo de la NFL, finalmente sucumbieron por su falta de confianza.
Los árbitros si se equivocaron, pero las equivocaciones que les costaron los partidos a estos 2 equipos fueron las propias.
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